Los grandes árboles de las ciudades son excelentes filtros para los contaminantes urbanos y las pequeñas partículas.
Pasar tiempo cerca de los árboles mejora la salud física y mental aumentando los niveles de energía y la velocidad de recuperación, a la vez que descienden la presión arterial y el stress. Los árboles colocados de manera adecuada entorno a los edificios reducen las necesidades de aire acondicionado en un 30% y ahorran entre un 20% y un 50% de calefacción.
Los árboles proporcionan habitat, alimentos y protección a plantas y animales, aumentando la biodiversidad urbana.